Cuando la higuera llegó al Perú como el “árbol de Dios”
El higo llega al Perú en 1532, y cuenta la historia -o la leyenda- que Francisco Pizarro ordenó que cada familia, en cada casa, sembrara una higuera. Fue él mismo, con sus propias manos, quien sembró la primera higuera en Lima.
Cuando los sacerdotes católicos fundaban un convento siempre sembraban una higuera. Esta costumbre fue asimilada por los antiguos peruanos y en muchos pueblos perdidos de los Andes, y comenzaron a llamarla “El árbol de Dios”, que ahuyentaba a los malos espíritus y atraía la fortuna.
Pero los españoles no solo trajeron la higuera a América, sino que también levaron “la mascota del diablo”, el macho cabrío, que en el Perú lo llaman “Chivo”. Su carne no es muy apreciada por diferentes motivos, especialmente porque se le asocia a los personajes del infierno. Pero el hambre aprieta y es menester consumirlo.
Es entonces cuando hay que acompañarlo con los frutos del “árbol de Dios”, es decir los higos, y así nace una receta propia de los peruanos, hoy ya casi está en desuso y que se denominaba como “La carne del Diablo”. Se preparaba la carne de chivo previamente serenado, es decir, expuesto a la luz de la luna por una noche. Luego muy de mañana se adobaba con chicha de Jora macerada, ají amarillo, sal, pimienta, ajos y comino. En una sartén con aceite caliente se sellaba la carne y después se agregaba cebolla finamente cortada. Cuando la carne estaba cocida, se agregaban los higos -el fruto del árbol de Dios- cortados horizontalmente y dejaba a fuego lento por espacio de 10 minutos. Se acompañaba de arroz blanco.
Otra receta típica del Perú: Higos cristalizados
-2 litros de agua
-2 cucharadas de bicarbonato
-30 higos
-1 ½ tazas de azúcar
-2 tazas de agua extras
En un tazón grande poner los dos litros de agua y el bicarbonato, agregar los higos y dejar en remojo 10 minutos. Escurrir. En una olla mezclar el azúcar y el agua extra y dejar hervir, para incorporar la fruta y dejar que hierva 20 minutos. Sacar los higos del fuego y escurrir. Remojar después los higos en el jarabe y dejar hervir por 30 minutos. Al final poner los higos a secar al sol y finalmente cubrir con azúcar.
Fuente: El Viaje Culinario de Emelina
Vía: HIGOS&FIGS